No más dolor de espalda

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Es una de las causas más frecuentes de consulta y de incapacidad médica. A dos de cada diez personas se les vuelve un dolor crónico y a una de cada diez les progresa hasta ser incapacitante. La probabilidad que el dolor repita es muy alta (70%). Su persistencia lleva a alteraciones en la salud mental y en la calidad de vida. Debe consultar para que su médico defina si el dolor proviene de una radiculopatía o una estenosis del canal medular (10% de las veces), o de problemas específicos de la columna como fractura, cáncer o infección (5%) o si es un problema no específico, mecánico o funcional que es lo más frecuente (85% de las veces).

La gran mayoría de los dolores se mejoran dentro de las primeras 6 semanas sin importar el tratamiento que se les dé. Debe intentar mantenerse activo, tratando de sobrellevar el dolor, evitando estar en cama y reincorporándose a su actividad laboral lo más pronto posible. El cuerpo posee una capacidad curativa natural, que, en muchos casos, llega a su rehabilitación completa. Sin embargo, en ocasiones también fallan estos sistemas internos de ajuste y reparación ocasionando que el dolor se vuelva subagudo (más de 6 semanas) o crónico (más de 3 meses). Si su dolor dura más de 6 semanas, usted necesita un tratamiento integral en el cual se tengan en cuenta aspectos emocionales (estrés, depresión, etc), funcionales, como el mejorar la condición física (condición cardiovascular, fuerza y flexibilidad), mecánicos, como los derivados del movimiento de las vértebras, posturales, como las condiciones laborales y ocupacionales, e inclusive evaluar la forma en que usted realiza los movimientos cotidianos y, por su puesto, terapia analgésica (manejo del dolor).

Aspectos psicológicos

Busque mejorar su autoestima, tenga una visión más optimista de la vida. Problemas siempre van a existir, pero aprenda a manejar la forma en que estos le afectan. Busque asesoría psicológica en caso de depresión o si usted considera este factor como importante en su dolor. Ver Mindfulness.

Ejercicio cardiovascular

Se debe iniciar dentro de las primeras dos semanas de reaparición del dolor. Caminar, montar en bicicleta o nadar son las actividades más aconsejadas y con más evidencia científica. El caminar en descenso puede aumentar el dolor en casos de estenosis del canal medular o en radiculopatías. Comience con poco tiempo y a un paso confortable. Aumente gradualmente, semana a semana. Sin afán.

Ejercicios de fuerza y de flexibilidad

La fuerza, la coordinación intermuscular y la flexibilidad, especialmente del core o tronco, deben ser mejoradas. La Clinica Mayo hace un resumen de los ejercicios de espalda y de fortalecimiento del core más utilizados: Ver Ejercicios para la espalda en 15 minutos diarios y Ejercicios para el fortalecer el tronco.

Coordinación intermuscular

La forma en que el sistema nervioso coordina los diferentes músculos para el movimiento es esencial. Técnicas como el Tai Chi, el Chi Gong, Pilates, ejercicios de balance o ejercicios funcionales le ayudarán a entrenarla.

Posturas

Revise la posición de su cuerpo y la tensión muscular en todas las posturas. En movimientos de pie, flexione levemente sus rodillas para hacerlas partícipes del movimiento.

Aprender a moverse

Sea consciente de sus movimientos, busque realizar de tres formas diferentes cada acción cotidiana, para darle más alternativas de movimiento a su cerebro. A medida que las vértebras dorsales participan más del movimiento, las vértebras más sensibles y flexibles situadas en los extremos de la espalda (zona lumbar y cervical) reciben menos carga. El movimiento debe fluir y en él debe participar todo su cuerpo. Ver Feldenkrais http://feldenkraisinstitute.org/.

Condiciones mecánicas

En ocasiones se altera la movilidad normal de las articulaciones por pequeños “bloqueos” generando dolor. Busque asesoría profesional para su evaluación y tratamiento manual.

Terapia analgésica

Incluye medicamentos, bloqueos nerviosos o articulares o acupuntura.

Le invitamos a pedir su consulta para que reciba una asesoría personalizada y una prescripción de ejercicio adaptado a su situación actual de salud guiado por un profesional.

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