La actividad física, el ejercicio y el deporte no siempre traen beneficios a quien los practica. También pueden llevar a un dolor, una lesión o inclusive a la muerte.
Las lesiones deportivas las podemos dividir en dos grandes grupos. Las lesiones cardiovasculares, más graves y afortunadamente menos frecuentes, que pueden llevar a ocasionar una muerte súbita y las derivadas del aparato osteomuscular, mucho mas frecuentes, como los esguinces o “torceduras”, los desgarros musculares y las tendinopatías, entre otras.
La causa más frecuente de lesiones es realizar una actividad física más fuerte o más frecuente o con una mayor duración de lo que el cuerpo está acostumbrado a realizar, sin importar el nivel de condición física de la persona. Ejemplo, si no está acostumbrado a correr, sólo 6 minutos de trote continuo puede ser una carga tan fuerte que lo puede llevar a dolor o lesión o si es un deportista de rendimiento y aumenta abruptamente en más de un 20% alguna variable de entrenamiento o cambia abruptamente la técnica de algún ejercicio también lo puede llevar a sobre esfuerzo o a lesión.
Entonces, antes de iniciar o aumentar el nivel de actividad física usted debe hacerse esta pregunta ¿Estoy preparado para la actividad que voy a realizar? ¿mi corazón la resistirá?, ¿cómo está mi condición física para afrontarla?
La respuesta a estos interrogantes es difícil y es el reto que afrontamos en cada consulta de medicina del deporte.
Si usted no viene haciendo ejercicio frecuentemente, lo que debe hacer es comenzar a entrenar despacio, con incrementos lentos semana a semana, aumentando primero los tiempos de la actividad, luego el número de veces que los realiza en la semana y lo último que debe aumentar con el paso de las semanas es lo fuerte que la realice (intensidad). Ver “Errores frecuentes en deporte”.